La obra alquímica

Emblema simbólico de la Basilica Philosophica,
grabado por Matthäus Merian
(observar en el ángulo inferior derecho la leyenda ‘MMerian Fecit’)
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La mayoría de filósofos herméticos han afirmado que es en los grabados y en la simbólica iconográfica en donde expresaron más claramente y de forma menos envidiosa los procedimientos de su Obra. El grabado que presento, de una asombrosa belleza, se encuentra en la Opus medico-chymicum, 1618.

El título completo de esta obra, traducido al español, sería:

Obra médico-química, de Johann Daniel Mylius , de Wetter, Hesse, Médico y Químico. Contiene tres tratados o Basílicas: en primer lugar la Médica, después la Química y por último la Filosófica. Francfort, editado por Lucas Jennis, 1618.

Respecto al grabado reproducido arriba, dice Klossowski de Rola en El Juego Áureo:

“En esta magnífica composición de Merian quedan bellamente representadas las correspondencias existentes entre el Macrocosmos y el Microcosmos. Arriba, la Triple Unidad Santa y los Ángeles de la Luz que influyen en el Zodíaco; abajo, el Cuervo de la Nigredo, el Cisne de la Albedo, el Dragón, Tema del Arte, el Pelícano (el Mercurio) y el Fénix (el Azufre). Aparecen aquí todos los símbolos imaginables de los Opuestos arquetípicos, el Sol y la Luna, el Mercurio y el Azufre. La figura central representa la poderosa e indisoluble Unidad de la Piedra Áurea. Véanse el Salmo 104 que acompaña a esta lámina en el Musaeum hermeticum (1677) y el texto de la Tabla Esmeraldina de Hermes (8, p.36) que ilustra.”

Alexander Roob, en Alquimia & Mística, el Museo Hermético, agrega:

“Este grabado en cobre lo realizó Matthäus Merian para el Opus-Medico-Chymicum (1618) de J.D. Mylius. Más tarde apareció también en el apéndice del Musaeum Hermeticum (1625). Merian hace en él una síntesis de todos los componentes del gran Opus: un eje horizontal separa la esfera de lo divino de la rueda de la Naturaleza, dividida a su vez en las diferentes fases del Opus, desde el cuervo-nigredo hasta el fénix-rubedo. Rodeado de un bosque de metal, el mago separador, mediante un acto poderoso, separa verticalmente la materia caótica en día y noche, sol y luna, azufre y mercurio, fuego y agua. La unión suprema tiene lugar en el centro de la rueda, intersección de los ejes, bajo el signo del lapis mercurial, la ‘piedra acuosa filosofal’. La figura con cabeza de ciervo a la derecha es el cazador Acteón, que contempla la naturaleza (Diana / Luna) desnuda, sin velos. Para Giordano Bruno es el símbolo del que busca denodadamente la verdad.”


Otra de las obras famosas de Mylius son los medallones que aparecen al final del libro en cuestión, y que están reproducidos en la revista digital Arsgravis, nº1, acompañados de una interesante presentación de Raimon Arola.